miércoles, 30 de julio de 2025

Neyba Informativo

OPINION:Lo que no se puede medir, no se puede gobernar: cuántas motocicletas tienen seguro en el 2025, una ruta peligrosa

 



Solicitar al Estado una cifra tan elemental como la cantidad de motocicletas aseguradas en la República Dominicana para el julio del 2025, no debería ser un acto extraordinario. Y, sin embargo, lo es. La respuesta recibida por vía oficial revela una debilidad estructural que arrastramos sin escándalo: el país no sabe cuántas motocicletas tienen seguro, ni puede diferenciarlas de otros vehículos en sus registros. Así de frágil es nuestra capacidad para ejercer control sobre una de las dimensiones más críticas de la seguridad pública.

No se trata solo de una carencia estadística va más allá. Es una grieta institucional con consecuencias reales. Porque todo vehículo de motor que circule por las vías públicas debe cumplir con tres requisitos mínimos: matrícula, licencia de conducir y seguro de responsabilidad civil. Esta obligación aplica por igual para un automóvil de lujo o una motocicleta utilizada para reparto, transporte informal o incluso actividades ilícitas. La ley no hace excepciones. La aplicación, sí.

Mientras tanto, las motocicletas siguen multiplicándose. Representan más de la mitad del parque vehicular nacional y están involucradas en una proporción significativa de accidentes, evasiones, delitos y homicidios. Aun así, el Estado no puede decirnos cuántas están debidamente aseguradas. No puede establecer cuántas incumplen la ley. Y peor aún: no puede fiscalizarlas porque no puede identificarlas. Gobernar en la oscuridad es improvisar.

La Superintendencia de Seguros admite no tener clasificado su padrón por tipo de vehículo y promete, a futuro, soluciones tecnológicas. Pero no basta con intenciones. Un país que normaliza la circulación sin reglas, la informalidad como sistema y la impunidad como consecuencia, no puede darse el lujo de seguir postergando decisiones. Porque lo que no se mide no se puede mejorar. Y lo que no se controla, se desborda.

Los datos son el punto de partida. Sin ellos, no hay estrategia, ni prevención, ni justicia. Las motocicletas seguirán siendo el vehículo preferido de quienes delinquen y el blanco débil de quienes buscan orden. El Estado, mientras tanto, observa sin ver y registra sin saber. ¿ De quién es la responsabilidad de conocer quien, si y quien no tiene un seguro, para que asuma la responsabilidad?
Que en julio de 2025 la autoridad reguladora del sector asegurador no tenga cifras claras sobre cuántas motocicletas están aseguradas refleja más que un retraso técnico: es la evidencia de un Estado que aún no logra gobernar con datos confiables. Sin esta información, no es posible garantizar justicia para las víctimas, ni establecer una trazabilidad mínima sobre responsabilidades. El sistema simplemente no sabe, y por tanto no puede proteger ni prevenir.

En un contexto de inseguridad creciente y presión social por resultados, esta omisión se convierte en un riesgo político, institucional y ciudadano. La gobernabilidad exige rigor, interoperabilidad y capacidad de respuesta.

Por Hernani Aquino